Innovation is hard because "solving problems people didn´t know they had" & "building something no one needs" look identical at first.
— Aaron Levie, CEO at Box
Es muy común preguntarle a un emprendedor que recién comienza “¿por qué decidiste emprender?”. Y la respuesta suele ser “para hacer dinero”, “para ser mi propio jefe”, “para ser dueño de mi tiempo”. Sin embargo, éstas nunca son las respuestas cuando se le pregunta a emprendedores exitosos y consolidados. En estos casos, jamás vamos a escuchar “para hacer dinero”, siempre va a haber una razón más de fondo que los llevó a tomar la decisión de emprender. Vamos a encontrar un propósito para resolver un problema real.
Parafraseando a John Mackey, Director Ejecutivo de la cadena de supermercados Whole Foods, “así como el ser humano no puede vivir sin comer, las empresas no pueden vivir sin utilidades, pero la mayoría de las personas no viven para comer, ni la mayoría de las empresas viven para hacer dinero”.
Las personas, entonces, ¿para qué vivimos?, para perseguir un propósito, una razón de existir y no quedarnos siendo entes que consumen aire. Y de la misma forma las empresas deben de vivir para perseguir un propósito. Tan importante es para las personas, como para las empresas. Tener un propósito como empresa hace que entre muchas cosas buenas se fomente la innovación.
¿Qué significa entonces tener un propósito? Tener un propósito es hacer algo que impacte a la sociedad, algo significativo y útil. Se trata de ser parte de algo más grande que nosotros. Debemos encontrar una realización, servir una misión mayor.
Simon Sinek, el autor de Start with Why, dice que la gente no compra lo que haces, sino el por qué lo haces. Y sin embargo es muy fácil responder ¿qué hacemos?, todos podemos hacerlo: “vendo identidades a empresas”, “vendo tortillas”, “vendo ropa deportiva”, pero no es tan fácil responder ¿por qué lo estamos haciendo?
En un mundo ideal, tú encuentras tu propósito, -una intención a largo plazo y con miras al futuro para lograr objetivos que sean significativos para el yo y que tengan consecuencias en el mundo más allá del yo- y a partir de ahí, creas un modelo de negocio. ¿Y cómo lo haces? Identificando los problemas que existen para lograr tu propósito y encontrando soluciones a esos problemas.
Los negocios exitosos resuelven problemas. El mundo tiene problemas, la gente tiene problemas y mientras los usuarios tengan problemas, buscarán soluciones. Tenemos la creencia de que las ideas vienen de la nada, un día un gran emprendedor/innovador se despierta y se le ocurre una gran idea. Un día a Brian Chesky se le ocurrió rentar un cuarto de su casa a un turista y al otro día ¡pum!, Airbnb existe a lo largo y ancho del planeta.
No, los creadores de Airbnb identificaron dos problemas: que era muy difícil pagar las rentas de las viviendas en San Francisco y por otro lado, los cuartos de hotel estaban a full. Airbnb tomó dos problemas diferentes y encontró una solución viable y escalable.
Airbnb tiene un propósito claro, dar a los turistas experiencias de locales. Al mismo tiempo logró resolver dos problemas y así creó un modelo de negocio exitoso. Sin embargo, hay que tener en cuenta que resolver problemas crea más problemas y el caso de Airbnb no es la excepción. El modelo de Airbnb generó problemas de gentrificación que entre otros problemas sociales, está provocando que el propósito de la empresa ya no se esté alcanzando. El propósito y el problema ayudan a pivotear tu idea para replantear tu solución.
Cuando se tiene un propósito claro, puedes seguir y de esta forma innovar dentro de la organización. Si el propósito es ganar dinero no se va a buscar el seguir solucionando problemas. Al final del día, Airbnb fue un caso de innovación disruptiva, pero tenemos que aspirar a tener innovación sostenible dentro de nuestras organizaciones.
Tener un propósito es como tener un mapa. Tener un propósito nos da las pautas de por dónde debemos movernos. El propósito debe permear en toda la organización. De esta forma es más fácil reclutar al tipo de gente que queremos dentro de nuestra organización. Eso nos ayuda a no tener hormigas trabajadoras, sino gente comprometida dentro de la empresa que está buscando lo mismo que tú buscas. Teniendo un propósito, evitamos ambientes tóxicos que retrasan el crecimiento de nuestra empresa. Tener un propósito nos motiva a seguir buscando mejores soluciones a los problemas que se nos presentan.
Identificar problemas dentro y fuera de la organización nos motiva a resolverlos. Y al resolverlos nos obligamos a cambiar. Nos obligamos a cambiar modelos de negocio, culturas organizacionales, procesos, estructuras, canales, modelos de experiencia y demás, y de esta forma se logra la innovación.
Así que la próxima vez que estés pensando en cómo generar innovación dentro de tu empresa, no pienses en ver qué nuevo producto o servicio inventas para poder generar mayores utilidades. Piensa en cuál es tu propósito, identifica problemas que se presenten y encuentra una forma viable y escalable de resolverlo. Así generarás verdadera innovación.